miércoles, 20 de febrero de 2008

Cómo explicar el cáncer a los niños

Los padres deben hablar del cáncer con su hijo, de una forma clara, sincera y sin sobresaltos
Al conocerse el diagnóstico de la enfermedad, es normal que los padres se sientan confusos, ansiosos, desorientados, y totalmente perdidos delante de la complejidad que supone el lenguaje del diagnóstico así como las terapias de tratamiento. Por esa razón, es necesario que los padres se preparen, se informen, y se enteren de lo más mínimo detalle acerca de la enfermedad, para que la aceptación de enfermedad de su hijo sea más tranquila y más controlada. Hable con el médico de tu hijo. Su experiencia te servirá de consuelo y apoyo. Es importante que los padres hablen con su hijo acerca del cáncer, de una forma clara, sincera, y sin sobresaltos. Considere la opinión del médico especialista. Él sabrá decir cuál puede ser el momento más conveniente para que tu hijo sepa lo que tiene. Así cuando llegue el momento, los padres podrán pasar seguridad y tranquilidad a su hijo.
No existe razón para desesperarse. Las energías deberán estar centradas en la solución de la enfermedad y no en la búsqueda de las posibles causas. Hay que luchar por la cura y no por buscar culpables.


Cómo explicar el cáncer a un niño
Se puede explicar el cáncer a un niño de distintas formas, según la edad que tenga, ya que un niño de 2 años no entenderá lo mismo que otro de 5 o de 8 años. Aparte de eso, hay que tener en cuenta que cada niño es un mundo distinto, y por eso hay que encontrar la forma apropiada para contárselo a cada uno de ellos. Nosotros hemos encontrado algunas pistas que os podrá ayudar:

- Por más que los padres intenten explicar a un niño de 2 años qué es el cáncer, él no lo entenderá. Sabrá que tiene una "pupa" que necesita ser curada, sin más. A esta edad, lo que ellos necesitan es sentir que sus papás están ahí y que les protegen. Necesitarán mucho apoyo, ánimo, y fuerza, principalmente cuando se le tenga que pinchar, hacerle una prueba molesta, o acudir muchas veces al médico y al hospital.

- A partir de los 5 años de edad, el niño ya entenderá algo más acerca del concepto de enfermedad, principalmente cuando la vive. A esta edad, probablemente querrá saber el por qué la padece. Explícale que el por qué no es importante. Que sí lo es su cooperación y colaboración en el tratamiento. Dígale que el cáncer son células "malas" y que el tratamiento hará con que las células "buenas" acaben con ellas. Hay que transmitirle confianza, a través de actitudes positivas.

- A partir de los 7 años de edad, el niño comprenderá mejor la enfermedad. Ya se puede hablar abiertamente con él acerca del tema y hacerle entender que la cura también dependerá de su colaboración. A esta edad, el niño ya expresará mejor lo que siente, sus miedos, sus dudas, y difícilmente mostrará resistencia para hacer alguna analítica o a tomar los medicamentos, aunque conozca sus efectos.

En cualquier caso y a la edad que sea, es fundamental el cariño y el apoyo de la familia. Los niños quieren sentirse protegidos y arropados.


Las reacciones del niño al cáncer
Cómo reaccionará el niño cuando sepa que tiene una enfermedad que le hará estar o visitar al hospital muchas veces, es una incógnita. Todo dependerá de la forma de ser del niño, de su estado de ánimo, del apoyo médico y familiar que tenga, del tipo de cáncer que padece, y de la evolución del tratamiento. El dolor, bien como la duración de la enfermedad, son factores muy difíciles de ser vividos para un niño. Y si a eso se añade que tenga que estar más separado de sus padres, de sus amigos, compañeros del colegio, es todavía peor.

La postura de la familia es muy importante para la evolución del tratamiento. Hay que pensar que todo se supera cuando se mantiene el buen ánimo y la esperanza. Si tienes un hijo que padece de cáncer y se encuentra en el hospital, trate de crear un buen ambiente para él. Busca distraerle como puedas, con juguetes, "amiguitos" de peluche, dibujos para colorear, y con premios por cada prueba superada. Es necesario que emplees una rutina, por ejemplo, para estudiar y hacer los deberes del colegio. Si encuentras conveniente invita a algunos de sus amiguitos a que vengan a visitarlo. Le encantará compartir sus experiencias con ellos, y así "desahogarse". Poco a poco el niño se irá adaptando a la nueva y temporal situación, y la vida familiar y social se va normalizando. Lo importante es que todos estén unidos para superar la enfermedad.

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