Recetas de torrijas sin gluten para niños celíacos
Ingredientes de las torrijas sin gluten
300 g de pan de molde sin gluten
11/2 litro de leche
50 g de azúcar
Canela en rama y en polvo
Un trozo de cáscara de naranja
Limón
Huevo
Aceite para freír
Preparación de las torrijas sin gluten
Se pone a hervir la leche, con el azúcar, la cáscara de naranja y limón, y la canela en rama. Una vez hervida, se empapan bien cada loncha de pan, se dejan que escurran un poco la leche y se bañan en huevo batido. Se pone en una sartén aceite con otro trocito de cáscara de naranja, y se calienta.
Una vez caliente, se quita la cáscara de naranja, y se fríen las rebanadas de pan. Una vez doradas se escurren bien y se les espolvorea con el azúcar y la canela en polvo. Se colocan en una fuente un poco profunda, y se les echa encima la leche que nos ha sobrado, para que estén un poco más jugosas. También se les puede añadir un caramelo ligero, vino, o miel.
miércoles, 20 de febrero de 2008
Torrijas sin gluten para niños celíacos
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Tarta de manzana para niños celíacos
Recetas de tarta de manzana sin gluten para niños celíacos
Ingredientes de la tarta de manzana sin gluten
6 manzanas
6 cucharas soperas de leche
4 cucharas soperas de maizena
5 cucharas soperas de azúcar
2 huevos
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
50 g. de mantequilla
Preparación de la tarta de manzana sin gluten
Se pelan las tres manzanas y se parten en pedazos, se mezclan con todos los ingredientes y se pasa por la batidora.
Se unta el molde con mantequilla y se vierte la pasta. Adornamos con el resto de las manzanas, previamente cortadas en filetes. Se cuece en horno medio durante 25 o 30 minutos. Cuando esté hecha, se unta con mermelada de melocotón o ciruela.
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Recetas de empanadillas sin gluten para celíacos
Receta de empanadillas, sin gluten, para niños celíacos
Ingredientes de la empanadillas sin gluten
- 150 g. de harina sin gluten
- 1 vaso de los de agua: mitad de agua y la otra mitad de vino blanco
- 1 cucharadita de moka de sal
- 25 g. de mantequilla
Preparación de las empanadillas sin gluten
En un cazo se pone a calentar el agua con el vino, la sal y la mantequilla. Una vez que rompe a hervir, se mezcla con la harina sin gluten hasta hacer una masa homogénea, que se tapa con un paño húmedo y se deja reposar durante 20 minutos.
Una vez reposada la masa, se espolvorea harina sin gluten encima de la mesa, y se lamina con un rodillo hasta quedar la masa bastante fina. Se coge un vaso, y se cortan círculos, y se rellena. Se pone con el dedo un poquito de agua en los bordes, se cierran, y se aplastan con los dientes de un tenedor, por los bordes. Se fríen en aceite muy caliente.
Admiten todo tipo de rellenos, dulces y salados. Por ejemplo: atún con tomate, cebolla, huevo cocido, carne picada, queso, etc.
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Croquetas sin gluten para niños celíacos
Cómo preparar croquetas para celíacos, uno de los platos que más les gustan a los niños, y sin gluten
Ingredientes de las croquetas sin gluten
150 g. de maizena
1 litro de leche
¼ de gallina y 20 g. de jamón serrano (cocido, de haber hecho un caldo)
Una cucharadita de moka de sal
Sal
Huevo
Pan rallado sin gluten
Preparación de las croquetas sin gluten
En un bol diluimos la maizena con un poco de leche, poco a poco, hasta quedar totalmente disuelta. Trituramos la carne de gallina y el jamón con un poco de leche, con la minipimer, procurando que no quede demasiado triturado. Aparte, ponemos a hervir el resto de la leche con la sal. Una vez que rompa a hervir, añadimos la maizena diluida en la leche y damos vueltas hasta que espese. Después añadimos el triturado de la gallina y jamón. Se coloca en una fuente y se deja enfriar.
Una vez fría la masa, se cogen dos cucharas soperas y se moldean, se pasan por huevo batido, y por el pan rallado sin gluten, y se fríen en aceite bien caliente.
Si se quieren congelar, colocarlas en una fiambrera espolvoreando pan rallado, y colocar separadas unas de otras para poner más pisos. Utilizar papel de aluminio.
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Churros sin gluten para niños celíacos
Receta de churros sin gluten para niños celíacos
Ingredientes de los churros sin gluten
1 vaso de harina sin gluten
1 vaso de agua
Sal
Preparación de los churros sin gluten
Hervir el agua, verterla sobre la harina y la sal, remover bien y dejar reposar por 5 minutos.
Poner la masa en una manguera y echarla en la sartén con aceite bien caliente.
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Bizcocho de limón sin gluten para niños celíacos
Bizcocho de limón. Recetas sin gluten para niños celíacos
Ingredientes del Bizcocho de limón sin gluten
- 3 huevos
- 1 yogur de limón y ralladura de limón
- 1 vaso de aceite de girasol
- 3 vasos de azúcar
- 3 vasos de harina sin gluten
- Una cucharadita de bicarbonato sódico
* el vaso de yogur sirve de medida
Preparación del bizcocho de limón sin gluten
Batimos los huevos, el azúcar y el yogur, y más tarde se añade el bicarbonato de sodio, el aceite, y por último la harina sin gluten. Es importante que todo se quede muy bien batido.
Se vierte la mezcla en un molde barnizado con mantequilla, y se pone en el horno caliente a una temperatura de 170 grados, durante 30 minutos. Al sacarlo del horno, se espolvorea con azúcar molida.
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Albóndigas sin gluten para celíacos
Albóndigas sin gluten. Recetas para niños celíacos
Ingredientes de las albóndigas sin gluten
½ Kg. de carne picada
1 huevo
100 g. de miga de pan sin gluten mojada en leche
2 dientes de ajo
Perejil
Pimienta y nuez moscada al gusto (opcional)
Sal (una cucharadita de moka)
Maizena para freír
Para la salsa de las albóndigas sin gluten
1 cebolla y ½ (grande)
Un vaso de los de agua de caldo
Medio vaso de los de agua de vermouth (rojo) o vino blanco
Preparación de las albóndigas sin gluten
Se mezcla la carne picada con el huevo, la miga de pan sin gluten mojada en leche, los dos dientes de ajo picados, el perejil, se salpimienta, y se forman las albóndigas. Se pasan por maizena, y se fríen en un poco de aceite.
Una vez bien fritas se reservan y en ese mismo aceite se sofríe la cebolla picada. Cuando esté dorada y blanda, se añaden las albóndigas, el vaso de caldo, y el vino o el vermouth. Se deja dar un hervor.
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Recetas y comidas para un niño celíaco
La clave de la dieta de un niño celíaco está en el correcto manejo de su alimentación
Si para un adulto ya es difícil de se llevar una dieta sin gluten, imagina lo que significa para un niño dejar de comer alimentos sin harina, como las galletas, las pastas, los alimentos rebozados, etc. Pensando de esta forma, cualquiera se desanima, pero no existe razón para desesperarse. Existen alimentos rebozados, galletas, e pastas, especialmente preparados sin gluten. Tendrá un sabor distinto, pero a todo se acostumbra y se habitúa. Lo que sí es difícil de controlar es la alimentación del niño en la vida social. Por esta razón, exponemos algunos consejos a tener en cuenta en estas situaciones.
La clave del tratamiento está en el correcto manejo de la alimentación del niño. Debe haber una reeducación alimentaría adoptada pelos cuidados del niño y establecida por el pediatra. Con la corrección y una buena elección de los alimentos, el niño puede llevar una vida absolutamente normal. El buen manejo de la alimentación también incluye el control de la alimentación del niño en situaciones sociales variadas. Hay que estar atentos a lo que irá consumir el niño en la excursión, en los paseos, en las fiestas de cumpleaños, en la escuela, en el comedor, campamentos, en la casa de los amigos, vecinos, etc. En estas situaciones especiales es importante que exista un debido control sobre la alimentación que el niño irá consumir.
Reeducación alimentaría del niño celíaco
En la escuela, por ejemplo, se debe informar a los maestros y al director sobre la dieta que se debe cumplir. Hacer con que el niño tenga conciencia de lo que no puede comer y prepararle una merienda especial para que él no tenga que compartir los alimentos de sus compañeros.
Se debe avisar también a los responsables del comedor, solicitando una dieta orientada.
En campamentos y picnic, es importante divertirse y cuidarse, y de fundamental importancia el comunicar a las personas responsables sobre los cuidados que deben tomar.
En los cumpleaños, dependiendo de quién lo organice, resulta conveniente que lleves una merienda exclusiva al niño o darle de merendar antes de la fiesta, sugerir a los anfitriones cuáles son los alimentos prohibidos y los permitidos para tu hijo.
En los viajes de avión se debe consultar con anterioridad acerca de los servicios de catering, si incluyen comidas para celiacos.
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Dieta sin gluten para niños y bebés celíacos
La dieta sin gluten debe ser seguida por el enfermo celíaco toda la vida
La dieta sin gluten debe iniciarse después de haber realizado una biopsia intestinal y que se demuestre que existe, sin duda, la intolerancia al gluten.
La dieta debe ser seguida estrictamente durante toda la vida, eliminando cualquier producto que contenga gluten.
Alimentos con gluten que un niño celíaco NO puede comer
Pan, trigo, avena, cebada, centeno, triticale y/o productos derivados como el almidón, harina, panes, pastas alimenticias, bollos, pasteles, tartas, galletas, bizcochos, pastas, sémola de trigo, leches y bebidas malteadas, y bebidas destiladas o fermentadas a partir de cereales (cerveza, whisky, agua de cebada, algunos licores, etc).
Lo que un niño celíaco SÍ puede comer porque no contienen gluten
Carnes y vísceras frescas, jamón serrano, cocido de calidad extra, pescados y mariscos (frescos y congelados sin rebozar), huevos, leche y derivados, cereales sin gluten (arroz y maíz), legumbres, tubérculos, frutas, verduras, hortalizas, grasa comestible, azúcar, miel, aceites, mantequillas, café, infusiones, refrescos, toda clase de vinos y bebidas espumosas, frutos secos, sal, vinagre de vino, especias en rama.
Cuidados y precauciones en la dieta sin gluten
La dieta de gluten toma tiempo para ajustarse y acoplarse a ella. No hay otro remedio que asumir ese compromiso de por vida. Es natural lamentarse por corto tiempo de los viejos hábitos de comida. Pero todo es una cuestión de tiempo para que se pueda acostumbrar a la nueva forma de comer. Mejor pensar solo en lo satisfactorio que es gozar de una buena salud.
Al adquirir productos elaborados, se debe comprobar siempre sus ingredientes. Como norma general, se debe eliminar de la dieta todos los productos a granel, los elaborados artesanalmente, y los que no estén etiquetados o no lleven el listado de sus ingredientes. La manipulación de los alimentos se convertirá en un hábito. En los restaurantes, se ha de tener precaución con lo que se consume. Tortillas de patata pueden llevar levadura, y las patatas pueden ser fritas con el mismo aceite en el que se ha freído croquetas o cualquier otro frito rebozado con harina. En los comedores escolares ya existen menús especialmente preparados para los niños con enfermedad celíaca.
En las casas en las que hay celíaco, se recomiendo eliminar las harinas de trigo y el pan rallado normal y utilizar ingredientes sin gluten para rebozar o preparar salsas espesas. Ante la duda de si un producto contiene gluten no se debe consumirlo.
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Tratamiento y control de los niños celíacos
Una dieta libre de gluten es la única forma de controlar la enfermedad celíaca
Para el niño o el adulto celíaco el único tratamiento a seguir para que puedan vivir una vida larga y normal es adherirse a una dieta libre de gluten. Cualquier comida con gluten le causará más daño al intestino. Cuando se elimina el gluten de la dieta, el intestino delgado empieza a curarse y la salud general del paciente mejora considerablemente, dependiendo claro, de la intensidad del daño intestinal que se haya producido anteriormente. Al principio, los síntomas más básicos pueden tardar en remitir.
La curación completa en el caso de las personas mayores, puede tardar hasta dos años. Cuanto más joven sea la persona, más rápida será la curación. Normalmente, en un plazo de tres a seis meses el intestino delgado estará curado, con las vellosidades intactas y funcionando perfectamente. De todas formas, habrá un control más profundo por parte del médico, quien determinará el uso o no de específicos suplementos de nutrición para corregir alguna deficiencia. El tratamiento suele obedecer algunos pasos que serán determinados por el médico, según los datos del paciente como:
- La edad.
- El estado de salud y historial médico.
- La fase de la enfermedad.
- La tolerancia a determinados medicamentos o terapias.
- Sus expectativas para el tratamiento.
- Su estado de ánimo, opinión o preferencia.
La dieta es la única forma de tratar la enfermedad celíaca. Para adaptarse a ella se requiere algunos cambios de estilo de vida. Y también algunos detalles como leer las etiquetas en las comidas para identificar ingredientes que contienen gluten, y estar pendiente de todo lo que va a comer o consumir de un modo general.
Riesgos del gluten para el niño celíaco
La presencia de gluten en la dieta, aunque sea en pequeñas cantidades, aumenta el riesgo de padecer graves efectos secundarios a largo plazo, como por ejemplo, la anemia por deficiencia de hierro, osteoporosis, insuficiencia del páncreas, deficiencia de vitaminas y minerales, y otras.
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Síntomas en un niño celíaco
Los síntomas son distintos en cada niño. Lo mejor es consultar el médico
Es muy difícil establecer un cuadro de la sintomatología de la enfermedad celíaca, ya que la dolencia afecta a las personas de distintas formas. Algunos la pueden desarrollar en la infancia y otros no la experimentan hasta la edad adulta. Sus manifestaciones clínicas y funcionales son muy variables y por eso una persona aparentemente sana puede padecer de esta enfermedad sin saberlo.
Los síntomas también se diferencian cuanto a las molestias. Al inicio de la enfermedad, algunos pueden tener constantes diarreas y dolores abdominales, mientras que otros solo presentan irritabilidad, ansiedad o depresión. Y hay también los que solo la detectan cuando la enfermedad se manifiesta por una intensa tensión emocional, cuando necesita una cirugía, o cuando padece de una lesión física o una infección.
En todo caso, la enfermedad celíaca suele provocar síntomas como diarrea, flatulencia excesiva, cansancio, pérdida de peso, y durante la infancia, se puede notar un retraso en el crecimiento en los niños. Aunque cada persona puede experimentar los síntomas de una forma distinta.
Síntomas más comunes del enfermo celíaco
- Diarrea crónica o estreñimiento
- Pérdida de peso, a pesar del buen apetito
- Gas y cólicos intestinales
- Heces malolientes y pálidas
- Retraso en el crecimiento
- Fatiga, debilidad y falta de energía
- Anemia
- Repetidas dolores abdominales
- Hinchazón abdominal
- Anemia inexplicable
- Calambres musculares
- Dolos en los huesos y articulaciones
- Sensación de hormigueo y adormecimiento de las piernas
- Erupción dolorosa en la piel
- Osteoporosis
- Infertilidad
- Defectos en el esmalte dental
Es importante resaltar que estos síntomas pueden ser causados por otros tipos de enfermedades. Para confirmar una posible enfermedad celíaca es necesario realizar métodos diagnósticos más profundos. Por eso siempre consulte a su médico para el diagnóstico.
Los síntomas también varían según la edad. En los niños, por ejemplo, se puede comenzar a detectar la intolerancia al gluten cuando se introduce la papilla en su alimentación. Los niños suelen estar más irritables, y se puede notar una pérdida de peso y de talla. Normalmente, presentan brazos y piernas finas y una barriga más abultada.
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Diagnóstico de un niño celíaco
El diagnóstico de un niño celíaco se confirma con una biopsia
Los síntomas de la enfermedad celíaca son parecidos a los de otras dolencias digestivas. Al principio, hasta la confirmación de la enfermedad, hay que descartar la posibilidad de que la persona sufra de la enfermedad de Crohn (síndrome del colon irritable), de una colitis ulcerativa, de diverticulosis, o de alguna infección intestinal.
Normalmente, además del examen físico y del estudio del histórico médico del paciente, se pide una analítica de sangre. A través de este examen, se podrá medir el nivel de anticuerpos al gluten. Las personas que tienen la enfermedad celíaca poseen niveles más altos de lo normal de ciertos anticuerpos en la sangre. Esos anticuerpos son producidos por el sistema inmunológico en respuesta a sustancias (como el gluten) que el organismo recibe y detecta como amenazantes.
Para hacer esta analítica, la persona debe estar consumiendo gluten. En el caso de que se identifiquen los anticuerpos específicos, los pacientes deben someterse a una biopsia de intestino delgado.
Para confirmar que el niño es celíaco se realiza una biopsia
Para diagnosticar la enfermedad celíaca, el médico puede pedir una biopsia. A través de la biopsia, es decir, de la extirpación de una porción diminuta del tejido del intestino delgado, se puede comprobar si existe algún daño en las vellosidades que revisten el canal del intestino. Y si existe algún daño, evaluar el grado que tiene. Para hacer la biopsia el médico usa un tubo delgado y largo, denominado endoscopio, el cual es introducido a través de la boca y el estómago hasta el intestino delgado. Es molesto pero no duele. Enseguida se toma una pequeña muestra del tejido, utilizando los instrumentos que se pasan a través del endoscopio.
Una vez realizadas las pruebas y confirmado el diagnóstico de la enfermedad celíaca, se debe seguir una dieta libre de gluten para controlar la dolencia.
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Niños y bebés celíacos
Uno de cada 200 bebés nacidos es celíaco
La celiaquía es una de las enfermedades intestinales crónicas más comunes. Es la enfermedad que ocurre con más frecuencia en Europa. Según la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) uno de cada 200 o 300 nacidos vivos en España puede padecer la enfermedad. Actualmente hay diagnosticados 20 mil casos en todo el país. En Italia e Irlanda la incidencia es casi la misma. Y algo menos, según recientes estudios, sucede en Estados Unidos.
La enfermedad celíaca es una dolencia digestiva que daña el intestino delgado debido a la sensibilidad, es decir, a la intolerancia permanente al gluten, una proteína que se encuentra en la harina de trigo, centeno, cebada, malta y avena. La ingestión de alimentos con gluten produce una lesión progresiva en las vellosidades del intestino encargadas de absorber los nutrientes (proteínas, hidratos de carbono, grasas, sales minerales y vitaminas) de los alimentos y pasarlos al organismo. Con estas vellosidades dañadas, y consecuente mala absorción de los nutrientes, el enfermo celíaco puede sufrir de malnutrición y padecer de otras enfermedades.
Niños y bebés celíacos
La enfermedad afecta notablemente a personas de raza blanca. Es más frecuente en las mujeres que en los hombres, y es hereditaria. Si un hermano gemelo tiene la enfermedad, el otro también la padecerá, y es muy probable que cuando se detecte un celíaco en una familia, sus parientes más cercanos también sufra de la misma enfermedad. Se sugiere que los miembros de la familia de una persona celíaca deban ser examinados.
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Niños y bebés con catarro
El catarro es un síntoma de que el niño tiene una gripe o resfriado
¿Qué es el catarro?
Una afección de las vías respiratorias altas, caracterizado por tos, secreciones, mucosidad y obstrucción nasal, dificultando la respiración del niño. Es un síntoma de que el niño tiene una gripe o resfriado.
Causas del catarro
Es una afección causada por un virus (existen cerca de 200 del resfriado), muy común en la infancia. Son más frecuentes cuando el niño empieza a ir a la guardería o al colegio, ya que se encontrará repentinamente expuesto a nuevos virus.
Tratamiento del catarro en niños y bebés
Conviene que, antes de las tomas o de la comidas, administre al bebé o al niño unas gotas de suero fisiológico, además de darles mucho liquido para beber. Es importante que el niño aprenda a sonarse la nariz correctamente. En caso de complicaciones mayores como sinusitis, otitis, bronquitis, etc, se debe consultar al pediatra.
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Candidiasis. Una infección en la boca
Candidiasis provoca lesiones en la boca por la infección de la mucosa bucal
La candidiasis es una infección que afecta a la mucosa bucal (muguet), dando lesiones blanquecinas parecidas a granos de sémola. También puede afectar a la zona del pañal.
Causas de la candidiasis en niños y bebés
La candidiasis bucal es causada por un hongo llamado Candida albicans, el cual vive en la boca y usualmente es mantenido a raya por organismos sanos que también viven allí. Sin embargo, cuando la resistencia a la infección es baja, el hongo puede crecer, llevando a que se presenten lesiones en la boca y la lengua.
El hongo Candida albicans, que es muy extendido en la naturaleza, puede alojarse en las tetinas de los biberones y contagiar al bebé. Otra forma de contagio suele ser durante el paso por el canal del parto, si la madre padecía una vaginitis candidiásica.
Circunstancias que pueden reducir la resistencia a la infección e incrementar las probabilidades de desarrollar candidiasis bucal
Tomar antibióticos o usar medicamentos esteroideos.
Tener infección por VIH o SIDA.
Recibir quimioterapia para el cáncer o medicamentos inmunosupresores después de un trasplante de un órgano.
Padecer diabetes.
La candidiasis bucal se observa comúnmente en bebés y no se considera anormal en ellos a menos que dure por más de dos semanas. La Candida albicans también puede causar infección por levaduras en la vagina de la niñas.
Tratamiento de la candidiasis en niños y bebés
En el caso de que la madre padezca una vaginitis candidiásica, el niño debe ser tratado inmediatamente después del nacimiento con un antimicótico. Las lesiones de la boca y los glúteos desaparecen, por lo general, con soluciones típicas de violeta de genciana.
La candidiasis bucal en bebés puede ser dolorosa, pero rara vez es grave. Debido a la molestia, puede interferir con el proceso de alimentación y, si no se resuelve espontáneamente en dos semanas, se debe llamar al pediatra.
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Cómo explicar el cáncer a los niños
Los padres deben hablar del cáncer con su hijo, de una forma clara, sincera y sin sobresaltos
Al conocerse el diagnóstico de la enfermedad, es normal que los padres se sientan confusos, ansiosos, desorientados, y totalmente perdidos delante de la complejidad que supone el lenguaje del diagnóstico así como las terapias de tratamiento. Por esa razón, es necesario que los padres se preparen, se informen, y se enteren de lo más mínimo detalle acerca de la enfermedad, para que la aceptación de enfermedad de su hijo sea más tranquila y más controlada. Hable con el médico de tu hijo. Su experiencia te servirá de consuelo y apoyo. Es importante que los padres hablen con su hijo acerca del cáncer, de una forma clara, sincera, y sin sobresaltos. Considere la opinión del médico especialista. Él sabrá decir cuál puede ser el momento más conveniente para que tu hijo sepa lo que tiene. Así cuando llegue el momento, los padres podrán pasar seguridad y tranquilidad a su hijo.
No existe razón para desesperarse. Las energías deberán estar centradas en la solución de la enfermedad y no en la búsqueda de las posibles causas. Hay que luchar por la cura y no por buscar culpables.
Cómo explicar el cáncer a un niño
Se puede explicar el cáncer a un niño de distintas formas, según la edad que tenga, ya que un niño de 2 años no entenderá lo mismo que otro de 5 o de 8 años. Aparte de eso, hay que tener en cuenta que cada niño es un mundo distinto, y por eso hay que encontrar la forma apropiada para contárselo a cada uno de ellos. Nosotros hemos encontrado algunas pistas que os podrá ayudar:
- Por más que los padres intenten explicar a un niño de 2 años qué es el cáncer, él no lo entenderá. Sabrá que tiene una "pupa" que necesita ser curada, sin más. A esta edad, lo que ellos necesitan es sentir que sus papás están ahí y que les protegen. Necesitarán mucho apoyo, ánimo, y fuerza, principalmente cuando se le tenga que pinchar, hacerle una prueba molesta, o acudir muchas veces al médico y al hospital.
- A partir de los 5 años de edad, el niño ya entenderá algo más acerca del concepto de enfermedad, principalmente cuando la vive. A esta edad, probablemente querrá saber el por qué la padece. Explícale que el por qué no es importante. Que sí lo es su cooperación y colaboración en el tratamiento. Dígale que el cáncer son células "malas" y que el tratamiento hará con que las células "buenas" acaben con ellas. Hay que transmitirle confianza, a través de actitudes positivas.
- A partir de los 7 años de edad, el niño comprenderá mejor la enfermedad. Ya se puede hablar abiertamente con él acerca del tema y hacerle entender que la cura también dependerá de su colaboración. A esta edad, el niño ya expresará mejor lo que siente, sus miedos, sus dudas, y difícilmente mostrará resistencia para hacer alguna analítica o a tomar los medicamentos, aunque conozca sus efectos.
En cualquier caso y a la edad que sea, es fundamental el cariño y el apoyo de la familia. Los niños quieren sentirse protegidos y arropados.
Las reacciones del niño al cáncer
Cómo reaccionará el niño cuando sepa que tiene una enfermedad que le hará estar o visitar al hospital muchas veces, es una incógnita. Todo dependerá de la forma de ser del niño, de su estado de ánimo, del apoyo médico y familiar que tenga, del tipo de cáncer que padece, y de la evolución del tratamiento. El dolor, bien como la duración de la enfermedad, son factores muy difíciles de ser vividos para un niño. Y si a eso se añade que tenga que estar más separado de sus padres, de sus amigos, compañeros del colegio, es todavía peor.
La postura de la familia es muy importante para la evolución del tratamiento. Hay que pensar que todo se supera cuando se mantiene el buen ánimo y la esperanza. Si tienes un hijo que padece de cáncer y se encuentra en el hospital, trate de crear un buen ambiente para él. Busca distraerle como puedas, con juguetes, "amiguitos" de peluche, dibujos para colorear, y con premios por cada prueba superada. Es necesario que emplees una rutina, por ejemplo, para estudiar y hacer los deberes del colegio. Si encuentras conveniente invita a algunos de sus amiguitos a que vengan a visitarlo. Le encantará compartir sus experiencias con ellos, y así "desahogarse". Poco a poco el niño se irá adaptando a la nueva y temporal situación, y la vida familiar y social se va normalizando. Lo importante es que todos estén unidos para superar la enfermedad.
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Causas y prevención del cáncer infantil
Son muy pocos los cánceres que se heredan genéticamente
Normalmente cuando los padres se enteran de que su hijo padece de cáncer se genera una situación de miedo, de asombro, de impotencia y desconcierto. Unos se preguntan por qué su hijo tiene esta enfermedad, qué es lo que justifica. Otros se sienten culpables o responsables por lo que está ocurriendo a su pequeño. Y son muchas las reacciones que se observa cuando se confirma el diagnóstico de cáncer. La Asociación Española contra el Cáncer destaca que nada de lo que le haya pasado al niño es causa de su enfermedad, y nunca los padres son los culpables de ella. En realidad, son muy pocos los cánceres que se heredan genéticamente. Sólo el 5% de los cánceres heredan de padres a hijos.
Aunque las investigaciones y los estudios sean constantes, las causas del cáncer en la infancia todavía no se conocen. En razón de eso, no existen métodos eficaces para prevenir esta enfermedad, lo que hace necesario un diagnóstico precoz de la enfermedad.
Factores ambientales que favorecen el cáncer en los niños
Todavía no existe una causa específica para el cáncer. Lo que existen son sospechas de algunas situaciones que pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad. En el caso de los niños el estar en un ambiente cargado de humos, ser hijo de una madre que consume drogas o que se expone a rayos X durante el embarazo, ser portador del virus de la hepatitis B, así como estar expuesto a otras situaciones, están más propensos a padecer un cáncer.
¿Se puede prevenir el cáncer?
En realidad no existe una receta ni una fórmula que garantice a una persona que jamás padecerá un cáncer. Si así fuera ya no existirían casos de cáncer en el mundo. El hecho de no conocer las causas del cáncer en la infancia convierte la prevención en algo difícil de realizar. Lo que sí existen son estudios que demuestran que el consumo de ciertos alimentos puede disminuir el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer.
Las investigaciones recomendan contra el cáncer infantil
- Se adopte un estilo de vida sano para mantener y disfrutar de una buena salud. Evitar ambientes cargados de humos, de contaminaciones.
- Se coma frutas y verduras todos los días, gracias a la fibra que contienen
- Se consuma más legumbres que carne
- Se evite el consumo de alimentos fritos o asados a la parrilla. El alimento está en contacto directo con ella por lo que se queman produciendo benzopirenos, una sustancia cancerígena.
- No se consuma tantos alimentos preparados con humo, los salazones, o conservados en vinagre. Producen nitrosaminas, sustancia cancerígena.
- El ingerir suplementos de vitaminas no reducen el riesgo de padecer un cáncer
- Se combata la obesidad. Las personas con sobrepeso tienen un riesgo más elevado de padecer tumores de mama, de colon, endometrio, recto.
- Se sustituya la proteína animal por la vegetal, siempre que sea posible.
- Se evite el consumo masivo de edulcorantes, bebidas light, comidas rápidas sin ningún tipo de control.
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Síntomas del cáncer infantil en los niños y bebés
85% de todos los cánceres infantiles presentan síntomas parecidos
Cuanto antes se diagnostique el cáncer, más eficaz será el tratamiento de la enfermedad. Considerando que la mayoría de los síntomas del cáncer se puede interpretar como dolencias infantiles comunes, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), recomienda a los padres que, en el caso de que haya alguna sospecha, pidan a los médicos que hagan las pruebas para descartar el diagnóstico de la enfermedad.
El cáncer se extiende con mucha rapidez en la infancia. Una detección y un tratamiento precoces aumentan las probabilidades de que el niño se cure y pueda llevar una vida de lo más normal.
Las primeras señales del cáncer infantil
Existen diferentes señales por los que se puede suponer de que un niño padece algún cáncer. La detección de alguna alteración suele estar localizada en el cuello o en el abdomen de los niños. Aunque hay distintos tipos de cáncer, al menos el 85% de todos los cánceres infantiles presentan síntomas parecidos. Podemos destacar algunos:
- Anemia acompañada de sangrados y exceso de hematomas (moretones)
- Dolores de cabeza acompañadas por alteraciones del sueño o del comportamiento y conducta
- Fiebres prolongadas y sin causa aparente
- Dolor de cabeza persistente, acompañada de vómitos nocturno
- Hinchazón y masa abdominal anormal
- Fatiga, pérdida de peso, palidez
- Ganglios linfáticos inflamados
- Infecciones frecuentes
Todos los casos deberían ser estudiados. E insistimos, un diagnóstico preciso solamente lo puede emitir un médico especialista, ya que estos tipos de síntomas también podrían ser señales de otras dolencias infantiles.
También es posible que el pediatra de tu hijo, durante una revisión médica, detectara algunos de los primeros síntomas del cáncer. Las señales dependerán del tamaño, de la localización y cómo afecta al organismo la alteración encontrada. En el caso de que el cáncer se localice en un área crítica como es el cerebro, el tumor, aunque pequeño, puede producir síntomas en los comienzos de la enfermedad, gracias a la presión que ejerce en las partes del cerebro. Sin embargo, hay cánceres que pasan desapercibidos y solo se logra diagnosticarlo cuando se encuentra bastante desarrollado.
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Causas y prevención del cáncer infantil
Son muy pocos los cánceres que se heredan genéticamente
Normalmente cuando los padres se enteran de que su hijo padece de cáncer se genera una situación de miedo, de asombro, de impotencia y desconcierto. Unos se preguntan por qué su hijo tiene esta enfermedad, qué es lo que justifica. Otros se sienten culpables o responsables por lo que está ocurriendo a su pequeño. Y son muchas las reacciones que se observa cuando se confirma el diagnóstico de cáncer. La Asociación Española contra el Cáncer destaca que nada de lo que le haya pasado al niño es causa de su enfermedad, y nunca los padres son los culpables de ella. En realidad, son muy pocos los cánceres que se heredan genéticamente. Sólo el 5% de los cánceres heredan de padres a hijos.
Aunque las investigaciones y los estudios sean constantes, las causas del cáncer en la infancia todavía no se conocen. En razón de eso, no existen métodos eficaces para prevenir esta enfermedad, lo que hace necesario un diagnóstico precoz de la enfermedad.
Factores ambientales que favorecen el cáncer en los niños
Todavía no existe una causa específica para el cáncer. Lo que existen son sospechas de algunas situaciones que pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad. En el caso de los niños el estar en un ambiente cargado de humos, ser hijo de una madre que consume drogas o que se expone a rayos X durante el embarazo, ser portador del virus de la hepatitis B, así como estar expuesto a otras situaciones, están más propensos a padecer un cáncer.
¿Se puede prevenir el cáncer?
En realidad no existe una receta ni una fórmula que garantice a una persona que jamás padecerá un cáncer. Si así fuera ya no existirían casos de cáncer en el mundo. El hecho de no conocer las causas del cáncer en la infancia convierte la prevención en algo difícil de realizar. Lo que sí existen son estudios que demuestran que el consumo de ciertos alimentos puede disminuir el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer.
Las investigaciones recomendan contra el cáncer infantil
- Se adopte un estilo de vida sano para mantener y disfrutar de una buena salud. Evitar ambientes cargados de humos, de contaminaciones.
- Se coma frutas y verduras todos los días, gracias a la fibra que contienen
- Se consuma más legumbres que carne
- Se evite el consumo de alimentos fritos o asados a la parrilla. El alimento está en contacto directo con ella por lo que se queman produciendo benzopirenos, una sustancia cancerígena.
- No se consuma tantos alimentos preparados con humo, los salazones, o conservados en vinagre. Producen nitrosaminas, sustancia cancerígena.
- El ingerir suplementos de vitaminas no reducen el riesgo de padecer un cáncer
- Se combata la obesidad. Las personas con sobrepeso tienen un riesgo más elevado de padecer tumores de mama, de colon, endometrio, recto.
- Se sustituya la proteína animal por la vegetal, siempre que sea posible.
- Se evite el consumo masivo de edulcorantes, bebidas light, comidas rápidas sin ningún tipo de control.
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El cáncer infantil en los niños
El cáncer es la segunda causa de mortalidad infantil en España
Considerando que todos los órganos del cuerpo están formados por tejidos, que los tejidos se componen de conjuntos de células, y que las células son las responsables por el crecimiento, la evolución, y la renovación de los órganos y tejidos, es necesario saber que cuando existe una alteración en una célula, o que esta haya cumplido su objetivo y respondido a la demanda de órganos y tejidos, se muere. Si la célula sobrevive, originará células iguales a ella, distintas de las normales y, escapando a los mecanismos normales de control, se proliferará originando un conjunto de células "enfermas" y anormales que se localizará en un tejido o órgano, pudiendo viajar por la sangre a otros órganos o tejidos, causando tumores de muchos tipos y en localizaciones muy diferentes. Al crecer descontroladamente, la célula adquiere tamaños y morfologías anormales, destruyen células vecinas, órganos y huesos, consumiendo parte de los nutrientes y de la energía del paciente, y debilitando las defensas del organismo. A esas células enfermas la medicina llama cáncer, una enfermedad que puede aparecer en cualquier etapa de la vida, desde el nacimiento y a lo largo de todo el desarrollo del ser humano.
El cáncer no es una enfermedad transmisible. El cáncer es una propagación incontrolada de células en cualquier órgano o tejido, que se origina cuando un grupo de células escapa de los mecanismos normales de control en cuanto a su reproducción y diferenciación.
Cáncer infantil
Con motivo del día mundial contra el cáncer, el 4 de febrero, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), dedica su celebración este año a la lucha contra el cáncer infantil en razón de que hoy, esa enfermedad es la segunda causa más frecuente de mortalidad infantil en niños con edades comprendidas entre 1 y 14 años.
Las estadísticas enseñan que cada año más de 160 mil niños son diagnosticados con cáncer en el mundo. El 80% de los pacientes infantiles viven en países en desarrollo. Según la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), en los países desarrollados, tres de cada cuatro niños con cáncer sobreviven al menos cinco años después de ser diagnosticados, gracias a los progresos en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. En los países en desarrollo, más de la mitad de los niños diagnosticados con cáncer tiene probabilidades de morir.
En España, después de los accidentes, el cáncer es la segunda causa de mortalidad infantil. Hoy día, tanto la incidencia como la predominancia del cáncer en la edad infantil están en ascenso. En razón de eso, se hace cada vez más necesarios un mejor y precoz diagnostico, y tratamientos efectivos.
Los cánceres más frecuentes en los niños
Según la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, los cánceres más frecuentes en la infancia son: la leucemia (cáncer de los glóbulos blancos), seguida del Linfoma (cáncer de los ganglios linfáticos), Tumores cerebrales (cáncer que puede situarse en muchas partes del cerebro), y el Osteosarcoma (cáncer de huesos). Los tumores suponen el 80% de todos los casos.
La leucemia es el cáncer que más ocurre en la infancia. Existen varios tipos. Las más frecuentes en niños son las leucemias linfoblásticas agudas, y suelen padecer niños con edades comprendidas entre 2 y 8 años. Después de la leucemia, los tumores del sistema nervioso son el segundo tipo de cáncer más frecuente en la infancia. Pueden ocurrir entre los 5 y los 10 años de vida. Y seguido de los tumores, se encuentran los linfomas, que son cánceres que se desarrollan a partir del sistema linfático. Con menos frecuencia, suele haber cáncer de intestino delgado, en el hígado, bazo, sistema nervioso, y médula ósea.
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