viernes, 22 de febrero de 2008

El control de la orina de los niños

Qué hacer para que el niño controle su pis
El control de los movimientos intestinales y de la orina, se puede adquirir la mayoría de los niños antes de los cuatro años de edad. Pero eso no es una regla general. Este control es una función más como caminar, hablar, comer, etc. Es una adquisición para la cual no existe una escuela específica pero que sí la asumen los niños cuando se encuentran suficientemente maduros para ello. La retirada del pañal es un proceso lento y que requiere una buena dosis de paciencia, observación, ánimo y persistencia por parte de la familia y de los educadores.


Quitar los pañales al niño
Lo primero, de una forma general, es no conciliar la edad de tu hijo con las capacidades "normales" que deberían tener según la sociedad. Cada niño es un mundo distinto. Y su personalidad bien como sus capacidades se diferencian. No todos los niños empiezan a caminar cuando cumplen el primer año. Así que para pensar en ello lo primero es no fijar una edad específica para quitar el pañal de tu hijo. Lo mejor es observar sus movimientos principalmente a partir del segundo año de vida y en algunos casos un poco antes. Algunos bebés pueden empezar a darse cuenta cuando tienen y llevan sucio el pañal, e a identificar el momento en que están haciendo pis y/o caca. Otros dicen que han hecho pis o caca o incluso avisan antes de hacerlo. Algunos niños también piden que le cambien el pañal e incluso se niega a que se lo vuelva a poner. Si este momento ha llegado para tu hijo, es hora de empezar el proceso.


Enseñar el niño a pedir para hacer pis
Es importante que enseñes a tu hijo a nombrar lo que él esta haciendo. Así todas las veces que él haga pis te avisará y dirá "pis". Aquí es cuando llega el momento de la visualización. El niño debe conocer y ver qué es lo que sale de dentro de él. Y para eso, nada mejor que enseñarle a hacer pis o caca en un orinal adecuado para su edad. Al hacer caca o pis en un orinal, el niño conocerá "su gran y primera obra", y eso lo invitará a repetir y a repetir. Lógicamente el niño necesitará tiempo para familiarizarse con el orinal. Déjale jugar con él, y que se siente desnudo, con pañal o con ropa. Y para que el niño críe un habito, ya sabes, la técnica del refuerzo es muy eficaz. Felicítale por mantenerse sentado, dele besitos y abrazos y lo cuentes a toda la familia sobre sus retos. La alegría y la satisfacción de los padres animarán al niño a que siga con su conquista.

Todo el proceso puede llevarnos dos semanas o medio año. Si en este tiempo los padres ven que el niño no consigue, será mejor olvidar el tema y volver a los pañales. Dentro de unos meses seguro que lo conseguirá.

Enuresis. El niño no controla la orina

El niño que se orina encima. Enuresis infantil
La enuresis infantil es la emisión repetida de orina en la cama o en la ropa, de forma involuntaria o intencionada. La conducta es clínicamente significativa y se manifiesta con una frecuencia de 2 veces por semana durante un tiempo de 3 meses consecutivos. La edad cronológica a partir de la que se considera problema es de cinco años, en el caso de las niñas y de seis en el de los niños, o un nivel de desarrollo equivalente. Son edades aproximadas ya que se considera que la madurez orgánica para el control de esfínteres está en torno a los tres años.

La mayoría de los niños consigue el control diurno entre los dos y tres años; el nocturno puede tardar bastante más: uno de cada diez no lo logra antes de los seis años de edad. A partir de esta edad, si el niño sigue orinando en la cama, busca una orientación medica. Según algunas investigaciones, aproximadamente un 15% de los niños mayores de los 3 años se orinan en la cama mientras duermen. Y son los niños, más que las niñas, los que se encuentran en esta situación.


Causas para hacer pis encima
Los niños no se orinan en la cama a propósito. La enuresis puede tener un sin número de causas que pueden estar relacionadas con un desorden del dormir, con un desarrollo más lento que lo normal del control de la vejiga, o con el resultado de emociones y tensiones que requieren especial atención. Raramente significa que el niño tiene un problema de los riñones o de la vejiga.

Las causas emocionales son muchas. Cuando un niño pequeño comienza otra vez a orinarse en la cama después de meses o años de no hacerlo, se sospecha que estos síntomas puedan ser causados por nuevos temores o inseguridades. Esto puede suceder después de que niño presencie algunos cambios en su vida, por ejemplo, el traslado de la familia a un nuevo ambiente, la pérdida de un miembro de la familia o de un ser querido, la llegada de un nuevo bebé en la familia, el cambio de escuela, situaciones de estrés, etc.

La enuresis puede estar relacionada con algún conflicto psicológico y afectivo del niño, con la necesidad del niño de llamar la atención. También se produce por cansancio o estrés emocional. Otra posible causa puede estar en el ambiente familiar en que vive el niño, en una familia que lo sobreprotege o que ofrece poco cariño a sus hijos. Hay padres que creen que si el niño no controla el pis es porque es perezoso y no presta mayor atención al tema, y así les aplican castigos y los provocan con burlas, lo que hará con el problema crezca aún más.

Cómo quitar los pañales de los niños

Pretender enseñar a un niño a que controle la orina antes del tiempo es contraproducente
En ese proceso para controlar la orina y la caca de tu hijo y así retirarle el pañal, no se puede agobiarse uno a sí mismo ni a su hijo. No se puede tener prisas ni exigir a que tu hijo adquiera el habito de un día al otro. Es muy normal escuchar a las madres excusando a sus hijos que se lo hicieron encima diciendo "estaba tan entretenido jugando, que se olvidó", o preguntando millones de veces a su hijo si quiere hacer pis. O aún limitando la ingesta de líquidos a la noche para que se aguante sin mojar la cama. El proceso del control de esfínteres no debe ser aplicado en función de que el niño beba menos líquidos o que sus padres estén todo el tiempo atormentándole con sus preocupaciones sobre si hace o si no hace pis y caca.

El control de esfínteres no es algo que se aprenda como leer, escribir, sumar, restar, o montar en bicicleta. Ni es indicio de que el niño sea más inteligente que los demás. Es una conquista que se adquiere de forma natural cuando el niño se encuentre preparado, igual que la marcha o el habla. Pretender enseñar a un niño a que controle el pis antes del tiempo es contraproducente.


Momento ideal para quitar los pañales de los niños
Llegó el verano y, para la mayoría de los padres, el momento ideal para la retirada del pañal de los niños. Por el ahorro del tiempo, de dinero, de preocupaciones, y por más comodidad y conveniencia de los padres, es común observar que muchos aprovechan para retirar el pañal de los niños con edades cada vez más tempranas.

Existe una persecución incansable por parte de los padres a sus hijos preguntándoles si tienen ganas de hacer pis, tocándoles las ropas, y sentándoles en el orinal a la más mínima señal de que el niño tenga ganas de hacer pis o caca. Horas y horas son aplicadas en el intento de quitarse el pañal al niño. Muchos intentos presentan resultados positivos durante el verano, pero otros dan marcha atrás así que el niño vuelve a la escuela. Si el niño todavía no estaba lo suficientemente preparado, emocionalmente hablando, para la retirada del pañal, al vivir una situación de separación, de exigencias, el proceso de retirada del pañal y de control de esfínteres, puede retroceder.

Si quieres quitar el pañal a tu hijo, no esperes a que llegue el verano y no tengas prisa. Tu hijo te dirá cuándo está listo para usar el orinal, independientemente de que sea verano u otra estación.

El insomnio de niños y bebés

Cómo resolver este trastorno del sueño infantil
Problemas para dormir son muy comunes durante los primeros años de edad. Ciertos problemas para dormir son más comunes en ciertas etapas de desarrollo y pueden ser resultado de nuevos sucesos y cambios en la rutina diaria. A menos que los problemas para dormir persistan o interrumpan con las actividades diurnas del niño, la comodidad y el calor paternal puede ser todo lo que sea necesario.


El insomnio infantil es un trastorno
El insomnio infantil es un trastorno que se caracteriza por:
- La dificultad para dormirse solo
- Los frecuentes despertares nocturnos y la imposibilidad de volver a dormirse sin la ayuda de los padres
- Los sueños muy superficiales
- Tener menos horas de sueño que las necesarias para su edad


Los niños pueden padecer el insomnio por dos causas principales
- Malos hábitos del sueño. El 70% de los bebés comienzan a dormir más de 4 horas seguidas a partir del tercer mes de vida y el 83% duerme 8 horas al cumplir 5 o 6 meses. Y además, 10% de los niños con un año de edad todavía no duerme la noche entera. En esos casos, los niños deben ser re-educados y estimulados para dormir.
- Alteración de la rutina del bebé o motivos psicológicos provocados por un cambio de casa, el nacimiento de un hermanito, un viaje, o, en los bebés muy activos, cualquier nueva situación como aprender a caminar, a gatear, etc, le causará excitación y no conseguirá dormirse. Los bebés son sensibles y perceptivos y la falta de sueño es el primer síntoma de que algo distinto está sucediendo.


Consecuencias nada agradables del insomnio
Un niño que se despierta con frecuencia durante la noche y cuenta además con la presencia de su madre para hacerle dormir otra vez, ya está teniendo un malo hábito para dormirse. Y teniendo en cuenta que esa situación se repite noche tras noche, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, no se puede ignorar que puede desestabilizar la armonía conyugal y por lo tanto, familiar. Cuando eso sucede los padres recurren a las técnicas mas lógicas desde darle agua hasta dejarse acariciar el pelo, etc. Pero eso solo lleva a que el niño va creciendo y exigiendo nuevas demandas. Es ahí cuando surge la sensación de frustración, de culpabilidad, de irritación, e incluso de rechazo hacia el niño. Cuanto a los niños, se muestran mas irritables, ansiosos, inseguros, con gran dependencia hacia la persona que los cuida.

Los problemas del sueño infantil

Ayuda a tu hijo a que supere los terrores nocturnos y las pesadillas
Nuestra mente no para aunque estemos durmiendo. Durante el sueño, continuamos organizando informaciones, asimilando imágenes, recuerdos y pensamientos, en nuestra memoria. En el sueño no hay límites de conciencia. Tanto podemos encontrar la solución a algún problema o una vía de escape a una situación difícil.
En el caso de los niños esos problemas pueden estar relacionados, en su mayoría, con los hábitos irregulares de dormir o con la ansiedad de irse a la cama y quedarse dormidos. En su primera etapa de desarrollo infantil, la hora de acostarse representa la hora de la separación. Y es cuando aparecen los problemas durante el sueño infantil.


Pesadillas de los bebés y niños
Por lo general, las pesadillas empiezan a los dos años aunque sean mas comunes en niños de tres a seis años de edad. No se sabe la causa, pero dicen que están relacionadas con el estrés y la ansiedad de los niños.

Las pesadillas ocurren durante el sueño ligero. Y su frecuencia es muy relativa. Hay niños que las tienen muy seguidas, otros menos, y otros no llegan a tenerlas. En la mayoría de los casos los padres no se deben preocupar por eso. Lo importante es saber que es lo que debe hacer en el caso de que su hijo la tenga. Aquí tenemos algunas sugerencias:

Prevención: Los padres deben estar atentos a lo que miran sus hijos en la tele, especialmente antes de la hora de irse a dormir.
Estar preparados: Como las pesadillas no se pueden evitar y no avisan cuando vienen, los padres deben estar seguros de oír a sus hijos por si lloran durante la noche. Y acudir enseguida.
Atender a los niños: Los padres deben atender a sus hijos lo mas pronto posible. Los niños necesitan de ayuda y de consuelo.
Tranquilizar al niño: Los niños deben sentirse protegidos. Háblales con voz calmada y confortante y que sepan que te quedarás con él si así lo desea, pero que está bien que vuelvan a dormirse.
Quedarse con el niño: Se debe quedar con él hasta que se haya calmado y vuelvan a dormir.
Mantener la calma: Aunque sea desconcertante para los padres el ser despertados súbitamente por gritos y el llanto de sus hijos, hay que mantener la calma. Los niños notarán si los padres se encuentran nerviosos. Y no les servirá de nada. Solo los padres calmados podrán ayudar a sus hijos.
Charlar acerca de la pesadilla: Si los niños desean podréis charlar con ellos acerca de sus pesadillas. Los padres deben ayudar a sus hijos para que piensen y discutan formas de sobreponerse a las cosas que en el sueño los asustaron. Deben ayudarlos a que inventen un final feliz para el sueño.


Lo que NO se debe hacer
- No los despierte. Si los niños lloran pero todavía están dormidos no es necesario despertarlos. Debes quedarse con sus hijos hasta que despierten o se vuelvan a dormir en paz
- No los lleva a su cama. Y tampoco se suba a la cama de ellos. Esto puede dar a los niños la impresión de que deben temer a sus propias camas y darles malos hábitos.
- No les diga que las pesadillas no son reales. Tampoco decirles que fue “solo un sueño”. Lo que si pueden hacer los padres es explicarles lo que es un sueño y que todos lo tenemos.


Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos afectan a un 3% de los niños, principalmente entre los 4 y 12 años, se resuelven espontáneamente en adolescencia. Suelen aparecer a primeras horas de la noche. El niño está agitado, llora, grita, suda y se percibe que está angustiado. En los terrores nocturnos, muy frecuentemente, el niño no recordará nada de lo que le ha causado ese malestar, por tanto no se les debe interrogar esperando que nos cuenten lo sucedido. Si insistimos no generaremos más que confusión. Hay que diferenciarlo de las pesadillas, que se producen más frecuentemente al final de la noche, y donde el niño puede contarnos lo que ha vivido en el sueño (ensueño).. Los terrores nocturnos pueden ser desencadenados por fiebre, falta de sueño y medicamentos que actúen a nivel del sistema nervioso central


Niño sonámbulo
El niño sonámbulo se levanta de su cama y permaneciendo dormido hace actividades que pueden ser habituales. La edad más frecuente de aparición es entre los 4 y 8 años y se resuelve espontáneamente en la adolescencia.. La fiebre, la falta de sueño y algunos medicamentos actúan como factores causantes. Se debe consultar para establecer estrategias que eviten riesgos en estos niños.


Niños que hablan dormiendo
La somniloquia se trata de la emisión de palabras durante el sueño. No constituye ningún problema y no requiere tratamiento.

¿Dormir en la cama de los padres?

¿El bebé o niño debe o no dormir en la cama de los padres?
Enseñar al niño a que se duerma solo, teóricamente, es lo mismo que enseñarle a comer, a ducharse, a cambiarse él solito. El sueño también es un hábito, muy necesario, que entra en la vida del niño y que, como todo lo demás, debe ser bien orientado desde el principio. Un niño que no duerme bien, es decir, que no concilia el sueño en su camita, da el mismo trabajo que otro que no quiere sentarse a la mesa o que monta un escándalo para irse a la ducha.
Muchos padres cometen el error, por variados motivos no siempre justificables, de llevar al bebé a su cama. Según algunos expertos en sueño infantil, el bebé ya debe ser puesto en su cuna desde su primer día en casita, para evitar a que se acostumbre a dormir con los papás. En determinadas circunstancias, muy puntuales, cuando el bebé está enfermo y los padres se sienten más tranquilos por tenerlo más cerca o porque en el medio de la noche el bebé se despierta asustado, se puede tolerar a que el niño o la niña se duerma en la cama de sus padres, pero mucho cuidado para que eso no se convierta en un hábito. Los niños son muy listos y pueden aprovecharse de la situación. Y para cambiar la realidad os costará muchísimo.


La rutina es lo mejor
Para que el niño no se acostumbre a dormir en la cama de sus padres es necesario llevarlo de vuelta a su cama cuantas veces sea necesario, sin hablar ni discutir. Los niños se comportan mejor cuando identifican un modelo en el que puede confiar. Enseñarles a dormir siempre a la misma hora, en su camita, con o sin osito o mantita, les ayuda a entender lo que se espera de ellos. La rutina es lo mejor en estos casos. Evitará situaciones de ansiedad, y de innecesarias negociaciones. Una buena rutina a la hora de dormir puede durar de 15 a 30 minutos. Entre la ducha, los mimos, la limpieza de los dientes, los cuentos o las músicas, las oraciones, y lo que os ocurra, el niño seguramente conciliará el sueño más tranquilamente. Intenta mantener la rutina en los mismos horarios todos los días. Así estará educando el sueño de tu hijo.
Es conveniente que el bebé o el niño pequeño se duerma siempre en el mismo lugar. El cambio de lugar, de cama, etc., puede dificultar el desarrollo de su modelo de dormir. En el caso de padres separados, como no se puede compartir el mismo lugar, es recomendable que se esfuercen para mantener la misma rutina cuanto a los horarios y las costumbres. Cojines, mantas, y objetos de estimación similares, y empleados a la misma hora. Es necesario seguir la misma estructura y rutina a la hora de dormir.


No es bueno dormir con los padres
Para los niños es una maravilla dormir con sus papás. Pero si ese hábito se convierte en una rutina, puede haber consecuencias no muy agradables. Dormir en la cama de los padres generalmente está contraindicado. Es necesario enseñar a los niños nociones de privacidad desde la más temprana edad. Cuando es todavía un bebé se puede hacer algunas concesiones, pero a partir de los 3 años de edad, dormir con los padres, puede hacer con que el niño o la niña no desarrolle su individualidad ni la seguridad en sí mismo. Se puede convertirse en un niño dependiente, e inseguro.


¿Puedo dormir aquí?
Muchos niños sufren por la noche, con los miedos a la oscuridad, a los imaginables "monstruos", etc. El niño debe aprender a superar sus miedos, con la ayuda de sus padres. Y esta ayuda consiste en hacer con que el niño se enfrente y no huya de la situación. Hay que tener mucha paciencia, pero también mucha firmeza y persistencia. Todo es una cuestión de tiempo. Cuando el niño tenga miedo es preferible que quedes un rato en su cama para tranquilizarlo que llevarlo a la cama de los papás.
Dormir en su habitación, para ellos, es estar "lejos" de papá y de mamá. Es separarse de ellos.

La hora de dormir es entendida por ellos como la hora de separarse de los padres, de sus hermanos, de sus juguetes, y de todo lo que podría estar haciendo. Esta es la razón por la que la mayoría de los niños se vaya a la cama siempre protestando. Por eso, como cualquier otra necesidad, el dormir solo también se aprende. Lo ideal es que entre los tres y los seis meses de edad el niño ya esté durmiendo solo o con sus hermanos. Para los niños eso significa dar un paso a la autonomía; para los padres es recuperar intimidad. Superada esta primera etapa, podrá aparecer otras. Por ejemplo: cuando el niño ya consigue salir de la cuna y camina. Esta otra etapa suele aparecer entre los 12 y los 18 meses de edad. Luego, la conocida ansiedad de separación irá decreciendo poco a poco a los tres años de edad. Y a los cuatro años empezarán a aceptar la separación parcial de sus padres porque a esta edad ya van al colegio, y van a jugar a la casa de amiguitos.

La siesta de los bebés y niños

El descanso oportuno de la media mañana o de la media tarde
El escritor español Camilo José Cela decía que la siesta es el yoga ibérico. El momento sagrado para relajarse. En realidad es una costumbre muy antigua. La palabra siesta procede de la expresión "hora sexta" que usaban los romanos para identificar el periodo entre las 14 y las 16 horas. Tradicionalmente es en este espacio de tiempo que se echa la siesta.

"La siesta es un período en el que el cerebro precisa de un breve descanso (entre las dos y las cuatro de la tarde.)Por eso tenemos sueño en este periodo de tiempo. La digestión produce un pequeño estado de sueño que se une a la siesta", afirma el conocido neurofisiólogo Eduard Estivill, quien acredita que "la siesta para los niños hasta los cinco años es imprescindible".

Es muy difícil encontrar un bebé al que no le guste echar una siesta después de comer o después de una jornada de mucha actividad. Los expertos insisten que el sueño de los niños es tan importante cuánto su alimentación. Al dormir, los niños reponen energías y relajan al mismo tiempo. El hábito de "echar la siesta" es fundamental para su desarrollo. Por esta razón, los padres deben insistir a que sus hijos echen la siesta por lo menos, según los expertos, en los cinco primeros años de vida.


El momento ideal para una siesta
La observación es lo primero. Busca identificar en tu bebé algunas señales que indiquen que él tiene sueño. Señales como: demasiada quietud, inapetencia por el juego, deseo de acostarse, irritabilidad, bostezos, restregamiento de ojos, interés por el chupete o el biberón, etc. Cuando el bebé presente algunas de estas señales, no esperes mucho para acostarle. Un bebé muy cansado encontrará dificultades para conciliar el sueño. El primer paso para el estreno de una siesta es trazar una rutina cuanto al horario, el ambiente, los hábitos. Se empieza creando un ambiente adecuado para su descanso. Su habitación debe estar tranquila, confortable y a una temperatura agradable. Si el bebé cogió la costumbre de dormir con una toallita, mantita, el chupete, o un peluche, estimula este hábito. El bebé conciliará el sueño con más rapidez y profundidad. Hay bebés que son inducidos al sueño a través de una música tranquila. Toda vez que sus padres ponen determinada música él sabe que es hora de su siesta.

Cada bebé o niño es un mundo distinto. Reaccionan de diferentes formas a sus necesidades de sueño. Pero, normalmente, suelen obedecer a algunos horarios de siesta. Por ejemplo, el bebé que suele echar tres siestas durante el día, por lo general duermen a media mañana, después de la comida, y después de los juegos de la tarde. En el caso de los bebés que echan dos siestas, normalmente son a media mañana y luego después de la comida. Y en el caso de una sola siesta, el horario preferido es por la tarde. Todo dependerá de la edad que tenga el bebé y del ambiente donde esté. Cuando lleves a tu bebé a un parvulario, no dejes de informarte sobre las horas de siestas.


Atención y cuidados a tomar en la siesta
Está claro que la siesta es una costumbre muy gratificante para el bebé y sus padres. Pero, como todo hábito es necesario que sea también bien orientado. Para eso, es fundamental que se eduque al bebé en este sentido, más que nada para que la siesta de la tarde no altere el sueño nocturno. Las siestas regulares pueden mejorar el sueño de la noche. La obediencia a una rutina es esencial. Del mismo modo que la alimentación y el baño, la siesta también debe tener un horario establecido desde el principio. Si deseas que tu bebé se duerma después del biberón de medio día, crea un ambiente adecuado para ello. Para la siesta, la habitación del bebé no debe estar totalmente oscura. Deja que pase algo de luz a su interior. Así, el bebé sabrá diferenciar la siesta del sueño nocturno.


Duración de las siestas según la edad
La siesta es una necesidad para la mayoría de los bebés y a muchos niños. En el cuadro abajo, tienes una tabla de orientación acerca de la cantidad / día, y del tiempo de siesta que normalmente duermen los bebés y niños.

EDAD 4 M 6 M 9 M 1 A 2 A 3 A 4-5 A
Siestas día 3h 2h 2h 1 o 2h 1h 1h 1h
Nº horas 4h-6h 3h -4h 2,5-4h 2-3h 1h-2h 1h-1,5h 0,5-1h

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