miércoles, 20 de febrero de 2008

Síntomas en un niño celíaco

Los síntomas son distintos en cada niño. Lo mejor es consultar el médico
Es muy difícil establecer un cuadro de la sintomatología de la enfermedad celíaca, ya que la dolencia afecta a las personas de distintas formas. Algunos la pueden desarrollar en la infancia y otros no la experimentan hasta la edad adulta. Sus manifestaciones clínicas y funcionales son muy variables y por eso una persona aparentemente sana puede padecer de esta enfermedad sin saberlo.

Los síntomas también se diferencian cuanto a las molestias. Al inicio de la enfermedad, algunos pueden tener constantes diarreas y dolores abdominales, mientras que otros solo presentan irritabilidad, ansiedad o depresión. Y hay también los que solo la detectan cuando la enfermedad se manifiesta por una intensa tensión emocional, cuando necesita una cirugía, o cuando padece de una lesión física o una infección.

En todo caso, la enfermedad celíaca suele provocar síntomas como diarrea, flatulencia excesiva, cansancio, pérdida de peso, y durante la infancia, se puede notar un retraso en el crecimiento en los niños. Aunque cada persona puede experimentar los síntomas de una forma distinta.


Síntomas más comunes del enfermo celíaco
- Diarrea crónica o estreñimiento
- Pérdida de peso, a pesar del buen apetito
- Gas y cólicos intestinales
- Heces malolientes y pálidas
- Retraso en el crecimiento
- Fatiga, debilidad y falta de energía
- Anemia
- Repetidas dolores abdominales
- Hinchazón abdominal
- Anemia inexplicable
- Calambres musculares
- Dolos en los huesos y articulaciones
- Sensación de hormigueo y adormecimiento de las piernas
- Erupción dolorosa en la piel
- Osteoporosis
- Infertilidad
- Defectos en el esmalte dental

Es importante resaltar que estos síntomas pueden ser causados por otros tipos de enfermedades. Para confirmar una posible enfermedad celíaca es necesario realizar métodos diagnósticos más profundos. Por eso siempre consulte a su médico para el diagnóstico.

Los síntomas también varían según la edad. En los niños, por ejemplo, se puede comenzar a detectar la intolerancia al gluten cuando se introduce la papilla en su alimentación. Los niños suelen estar más irritables, y se puede notar una pérdida de peso y de talla. Normalmente, presentan brazos y piernas finas y una barriga más abultada.

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